Alianza de amor y Santidad de la vida diaria

La Alianza de amor es fuente de vida para cada miembro de la familia de Schoenstatt con un sello característico

Schoenstatt nació como un movimiento marcadamente apostólico y así quiere seguir a través de los siglos. La Santísima Virgen es el prototipo del apóstol y es la Reina que participa del poder de Cristo y nos invita en alianza a asumir con Ella tareas apostólicas en el Reino de su Hijo. De allí que la entrega a María implica un compromiso apostólico. Para entender cómo surgió la Alianza de Amor, entendamos un poco mejor la cronología de algunos hechos de la vida del Padre Kentenich que lo condujeron a sellar al Alianza
  • Agosto-Septiembre1904

    El 27 de agosto solicita la admisión en el noviciado de los Padres Pallottinos en Limburgo (Alemania) El 24 de septiembre comienza el noviciado
  • Julio1910

    Julio 8 es ordenado sacerdote, el 10 de julio celebra su primera Misa
  • Octubre1912

    En 1912 es nombrado Director Espiritual de los estudiantes en el colegio de los Padres Pallottinos en Schoenstatt (Vallendar-Coblenza). En octubre de ese año el Padre Kentenich propone a sus estudiantes el “Acta de prefundación” con el lema “Bajo la protección de María queremos aprender a auto educarnos para llegar a ser personalidades recias, libres y sacerdotales”
  • Marzo - Octubre1914

    En 1914 funda junto a los Jóvenes una Congregación Mariana, en la casa de estudios de Schoenstatt, de la cual nacerá el futuro Movimiento de Schoenstatt. En Marzo 21 son aprobados por el Obispo de Tréveris los Estatutos de dicha Congregación. Para Julio de ese mismo año La Congregación recibe para su uso la antigua capilla de San Miguel del valle de Schoenstatt. Esta capillita es hoy el Santuario Original. El 1 de agosto de 1914 estalla la primera guerra mundial. Octubre 18 de 1914 es una fecha memorable para el Movimiento. Se funda el movimiento. El Padre propone a los estudiantes: acelerar el desarrollo de su propia santificación y la transformación de la capillita en un lugar de peregrinación. A esta plática dada por el Padre Fundador se le llama “Primer Acta de Fundación” y la capillita se la conoce como Santuario de Schoenstatt.

A este pacto con La Santísima Virgen María, Madre y Reina Tres veces Admirable de Schoenstatt se le conoce como La Alianza de Amor. La Alianza, es un mutuo compromiso, con María con el Padre y los jóvenes. Nada sin Ti nada sin nosotros. Esta Alianza de Amor constituye el alma del Movimiento de Schoenstatt.

El Padre Kentenich fue el fundador del Movimiento y obra de Schoenstatt, nació un 16 de noviembre 1885 en Alemania, en Gymnich, cerca de Colonia.

Desde muy niño tuvo un gran interés en ser sacerdote. Fue consagrado por su madre a la Santísima Virgen María, consagración que fue una experiencia decisiva que marcó profundamente su vida. El tomó en serio esta entrega a la Virgen y Ella se manifestó como su Madre y Educadora, como la Medianera de muchas gracias y bendiciones. Bajo su amparo y protección el Padre se consideró su hijo.

Santidad de la vida Diaria



De origen muy humilde, su vida no fue sencilla, vivió y fue educado en un orfanato, y su anhelo de convertirse en sacerdote no fue tarea fácil, no por falta de vocación sino por los prejuicios y obstáculos que la vida le fue imponiendo. A cada evento desafortunado, duro de su vida, el Padre Kentenich se lo entregó a Dios con fe ciega; así pudo seguir su camino como María y con María sin vacilar, porque se supo conducido por Dios Padre. A esta actitud del Padre Kentenich, Dios le dio una fe sencilla, filial, inconmovible que llegó a ser símbolo de su personalidad.

Se puede decir que el Padre Kentenich amó a la Iglesia. Fue obediente a los designios de Dios. Confió en el cuidado y guía de la Virgen María a quien todo le fue ofrecido. Fue un hijo obediente de la Providencia, que a pesar de obstáculos le dio un SI al plan que Dios tenía para la Iglesia a través de su persona. Fue valiente y luchador.

Definitivamente un sacerdote mariano pero profundamente arraigado en el querer de Dios Padre, el Dios de la vida que nos envía mensajes a través de causas segundas, de acontecimientos históricos, a través de la palabra. El Padre Kentenich no dejó nunca de escuchar las voces de Dios que está presente en la historia de salvación del hombre.

Un hombre normal, humano y cercano, quiso ser un padre para los que conoció . Aquellos que estuvieron con él decían: “me hizo sentir importante, como si yo fuera especial…” Esta paternidad trasciende las generaciones y llega incluso hoy a todos los que lo leemos, y acudimos a él.

El Padre Kentenich fallece el 15 de septiembre de 1968 repentinamente, tras celebrar su primera y última misa en la Iglesia de la Adoración dedicada a la Santísima Trinidad en el monte Schoenstatt. “Id ahora yo os envío”, fueron las últimas palabras a su Familia.