P. José Luis Correa Lira
“El obrero merece su sustento” dice Jesús en el Evangelio de hoy (Mt 10) y lo reitera más tarde San Pablo en su primera carta a Timoteo (1 Tim 5, 18)
En su homilía del 1 de mayo del 2020, dijo el Papa Francisco que en “la fiesta de San José Obrero, también el Día del Trabajador, rezamos por todos los trabajadores. Por todos. Para que a nadie le falte el trabajo y que todos sean justamente remunerados y puedan gozar de la dignidad del trabajo y la belleza del descanso”.
Remuneración justa. ‘Sueldo digno’ fue un concepto acuñado por el otrora presidente de la Conferencia Episcopal Chilena, Mons. Alejando Goic.
¿Qué es justo? Dar a cada cual lo que le es debido, en este caso, por el trabajo realizado según lo pactado, nunca menos si se hizo bien, prolijamente y a tiempo.
En esa misma ocasión contó el Papa el siguiente hecho:
“Una vez, en una Cáritas, a un hombre que no tenía trabajo y fue a Cáritas a buscar algo para su familia, un empleado de Cáritas le dijo: ‘Por lo menos puedes llevar pan a casa’ – ‘Pero esto no es suficiente para mí, no es suficiente’, fue la respuesta: ‘Quiero ganarme el pan para llevarlo a casa’. Le faltaba la dignidad, la dignidad de ‘hacer’ el pan él mismo, con su trabajo, y llevárselo a casa.”
Ojalá a nadie falte el trabajo, con una retribución justa y en un ambiente laboral digno.
P. JL
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