P. José Luis Correa Lira
Cada 27 de junio se conmemora el Día Internacional de las Personas Sordociegas.
Recuerda el nacimiento de Helen Keller, la primera persona sordociega que demostró la capacidad que tienen las personas sordociegas, quien superó todas las barreras que se encuentran estas personas, graduándose en la Universidad, y llegando a ser autora de diversos ensayos.
La sordoceguera no es la suma de dos discapacidades, la sordera y la ceguera, sino una discapacidad única con unas características, identidad y cultura propias que implican muchas más dificultades para estas personas. El objetivo al conmemorar este día es defender los derechos y dar visibilidad a las personas sordociegas.
Hay personas que nacen con sordoceguera (sordoceguera congénita) y otras que la adquieren a lo largo de su vida (sordoceguera adquirida). La combinación de las dos pérdidas sensoriales repercute en muchos otros aspectos vitales que limitan su desarrollo personal en los diferentes ámbitos de la vida y que dificultan el desenvolvimiento diario.
La dificultad de comunicación caracteriza al conjunto de las personas con sordoceguera. Cuando una persona nace o se queda sordociega lo más urgente es intervenir para que pueda desarrollar un sistema de comunicación, aprenda uno nuevo o adapte el propio a su nueva situación.
Existen dos figuras muy importantes que permiten el enlace de las personas sordociegas con el entorno: el mediador y el guía intérprete.
Dios auxilie a estas personas y premie a quienes los ayudan.
P. JL
p.jlcorrealira@gmail.com