Con la celebración de la fiesta de la Visitación de la santísima Virgen María a su pariente Isabel concluye en la mayor parte del mundo el Mes de María.
San Lucas, en el primer capítulo del Evangelio que él nos transmite, nos narra que María, efectivamente se encaminó presurosa a la montaña para visitar, saludar, acompañar y ayudar a Isabel.
Los verbos son decisivos.
Ponerse en camino. Una canción lo entona así: ‘Y ponerse a caminar …’
Entrar en la casa. No se quedó afuera. Se adentró en el hogar y la situación de embarazo avanzado de su parienta.
Acompañar. No fue de viaje breve de placer, sino para estar y quedarse con ella el tiempo que fuese necesario.
Ayudar. Y hasta que nació Juan el Bautista.
Le pedimos a la Mater, como reza una bonita oración del padre Kentenich: “Aseméjanos a ti y enséñanos a caminar por la vida tal como tú lo hiciste…”