P. José Luis Correa Lira
Ya casi en las vísperas de celebrar mañana la Misa Crismal y la Misa de la Última Cena, leemos hoy en el Evangelio de san Mateo el texto que nos relata ese momento triste de la ‘venta de Jesús’, por treinta monedas de plata y más doloroso aun cuando durante la cena, al decir Jesús a los Doce que uno de ellos lo iba a entregar, comienzan a preguntarse uno por uno, ¿‘acaso soy yo, Señor’?
Jesús dicta nuevamente una sentencia dura: “¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre va a ser entregado! Mas le valdría a ese hombre no haber nacido.”
El Papa Francisco dijo una vez sobre Judas esto:
“Judas es una oveja descarriada, también nosotros debemos entender a las ovejas descarriadas. También nosotros tenemos alguna cosilla, pequeña o no tan pequeña, de la oveja descarriada. Debemos entender que no es un error lo que hizo la oveja descarriada: es una enfermedad, es una enfermedad que tenía en el corazón. Cuando fue al templo para realizar su doble vida, cuando dio el beso al Señor en el huerto, y después las monedas que recibió de los sacerdotes… No es un error. Lo hizo… estaba en la tiniebla. Tenía el corazón dividido, disociado. Por ello se puede decir que él es la imagen perfecta de la oveja descarriada. Jesús, el pastor, va a buscarlo: ‘haz lo que debes hacer, amigo’, y lo besa. Pero Judas no entiende.”
Ojalá nosotros nos dejemos tocar y salvar por el Señor, nuestro amigo y buen Pastor que nos quiere sacar del camino equivocado.
P. JL
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