P. José Luis Correa Lira
El texto del Evangelio de la Eucaristía de hoy, Lucas 15, 1 – 16, es el corazón de la Buena Nueva según este médico de cuerpo y alma.
Estamos ante un tema central en el mensaje de Jesús, pues ‘Dios es misericordia’, como ha sostenido el Papa Francisco, que mantuvo su lema episcopal como lema de su pontificado: Miserando atque eligendo (lo vio con misericordia y lo eligió)
Ya antes, san Juan Pablo II le dedicó una de sus primeras Encíclicas: Dives in Misericordia, rico en misericordia
Henry Nouwen, un sacerdote y teólogo holandés, en su libro ‘El regreso del Hijo Prodigo’, medita (ad)mirando un cuadro de su compatriota, la pintura de Rembrand. Ambas obras, la pictórica y la literaria son genialidades de estos hombres de los países bajos.
Dice por ejemplo Nouwen, que cada uno de nosotros tiene que confiar, sentir y decirse a sí mismo “soy capaz de convertirme en el padre que estoy llamado a ser”, ejercer una ‘paternidad de misericordia’.
Muchas veces se ha dado a esta parábola el nombre de parábola del hijo pródigo, cuando en realidad el personaje principal es el padre. De ahí que debería reformularse el título y decir: parábola del padre de la misericordia.
En los últimos años pude publicar un par de libros en los que desarrollé estos temas que he tocado en conferencias y retiros: ‘Misericordiosos como el padre’ y ‘Misericordia en el Matrimonio’. Espero que esos aportes literarios sirvan a sus lectores.
Bendiciones, por intercesión de la Mater misericordiae.
P. JL
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