P. José Luis Correa Lira
Ayer mencioné el rito del bautismo. A propósito de ello traigo a colación la memoria de dos hermanos que el calendario litúrgico celebra cada 15 de febrero (Un dato aparte es que el día 14 de febrero, día de san Valentín, también se celebra a otra pareja de hermanos santos: Cirilo y Metodio)
Hablamos ahora de los Santos Faustino y Jovita (a veces, Jovito), hermanos nacidos en Brescia (Italia), provenientes de una de las más importantes familias de esa ciudad.
Según la tradición estos dos santos predicaron valientemente a Cristo entre finales del s. I y las primeras décadas del s. II.
Ellos se comportaron como auténticos apóstoles, y enfrentaron con mucho valor la persecución. Sus corazones estuvieron contagiados de ese impulso inicial de la Iglesia naciente y en formación. Ambos dieron la talla en defensa de la comunidad cristiana de Brescia a diferencia del obispo de la ciudad que se había ocultado por temor.
El celo pastoral de los hermanos despertó la ira, sí, la furia, de los paganos quienes hicieron lo posible para que fueran capturados. Así fueron aprehendidos y entregados a las autoridades. Los mártires fueron torturados y enviados a Milán, Roma y Nápoles, desde donde volvieron finalmente a Brescia. Quisieron usarlos de escarnio y disuadir a otros a que se hagan cristianos. Durante la travesía, sin embargo, los santos bautizaron a una multitud de gente; se dice que, en el viaje de Roma a Nápoles, bautizaron a casi doscientas mil personas. Dado que ni las torturas ni las amenazas consiguieron doblegarlos, el emperador Adriano ordenó que los decapitaran.
En la ciudad de Brescia se les venera como sus principales patronos y se conserva sus reliquias.
Dios nos de esa fortaleza y esa valentía.
P. JL
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