P. José Luis Correa Lira
“Brillará tu luz en las tinieblas” cuando … Eso dice la lectura del libro del profeta Isaías en la Misa de hoy.
¿Acaso no nos recuerda cuando Jesús en el Sermón de la Montaña, en el Evangelio según san Mateo con dice algo así?: “Brille la luz de ustedes” (Mt 5, 16)
En el caso del profeta del Antiguo Testamento está puesto en condicional. La luz brillará cuando renuncies a ciertas actitudes y acciones, como oprimir a los demás, cuando destierres de ti el gesto amenazador y la palabra ofensiva, cuando compartas tu pan con el hambriento y sacies la necesidad del humillado.
Es un texto que probablemente inspiró las bienaventuranzas proclamadas por Jesús.
El deseo y la exigencia de hacer brillar la luz se repite también en el rito del bautismo, cuando a los padrinos y padres de quien ha sido bautizado se le entrega la luz tomada del cirio pascual, para que esa luz de Cristo ilumine la vida del bautizado y éste a su vez se convierta en luz para muchos.
Una canción lo canta así: ‘Iluminar es hoy el reto en la oscuridad’.
En otro versículo del Evangelio según Mateo (Mt 5, 15) el Señor nos exhorta así: “no se enciende una lámpara y se pone debajo de una vasija, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en la casa.”
En cierta ocasión el Papa Bergoglio dijo que los primeros cristianos y los teólogos de los primeros siglos, decían que la comunidad de los cristianos, es decir, la Iglesia, es el ‘misterio de la luna’ porque daba luz pero no era luz propia, era la luz que recibía de Cristo. Y por ello exhortaba: También nosotros debemos ser ‘misterio de la luna’: dar la luz recibida del sol, que es Cristo, el Señor.
Que así sea.
P. JL
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