P. José Luis Correa Lira
Detrás de la afirmación que hace Pedro a Jesús, a nombre propio y del grupo de los apóstoles, hay una pregunta. ‘Lo hemos dejado todo para seguirte’, casi como insinuándole al Señor, ¿Qué recibiremos a cambio? Jesús intuye y se adelanta a esta inquietud asegurando que esa actitud de desprendimiento total por el seguimiento del maestro será recompensada el ciento por uno. Incluso dice que eso será en esta vida, y con la vida eterna en el otro mundo.
En el encuentro con los voluntarios que trabajaron abnegada y generosamente por la Jornada Mundial de la Juventud en Panamá, el Papa les dijo aquel domingo 27 de enero de 2019 que “cada vez que postergamos algo que nos gusta por el bien de otros y especialmente de los más frágiles (…) el Señor nos lo devuelve ciento por uno. Porque en generosidad nadie le puede ganar, en amor nadie lo puede superar. Amigos: den y se les dará, y experimentarán cómo el Señor ‘les volcará sobre el regazo una buena medida, apretada, sacudida y desbordante’.”
Se trata de recibir el céntuplo en la retribución para quien sabe renunciar a las propiedades, cosas o personas. El gran problema no radica en la cantidad de cosas que se posean, sino en que la persona entrega toda su afectividad a ellas. Quien primero se encarga de entregar su corazón a Jesús y su Evangelio, será capaz de poseer correctamente las cosas.
Un proverbio retomado por Emmanuel Mounier (filósofo cristiano francés, fundador del personalismo), dice “uno es capaz de tener lo que es capaz de perder.”
Bendiciones en este empeño
P. JL
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