P. José Luis Correa Lira
La paternidad según san Pablo es el título de la tesis doctoral de un hermano de comunidad.
Hoy que recordamos a los colaboradores de san Pablo, Timoteo y Tito, quiero rescatar que Pablo no tiene reparos en dirigirse a ellos en las cartas que les escribe, llamándolos hijos queridos. En la epístola a Tito lo puntualiza diciendo que es hijo suyo en la fe.
Si bien la paternidad sacerdotal es espiritual, esto no quita que sea real, vale decir que se asuma incluso riesgos de incomprensión hacia manifestaciones de entrega y afecto por esos hijos espirituales que Dios confía, a los cuales hay que entregarse, donarse por completo. Significa creer en lo bueno que hay en el otro, aunque vengan naturalmente desilusiones de uno y otro lado.
El mismo san Pablo añade a esa paternidad suya una nota importante de maternidad, cuando dice que sufre dolores como de parto (Gal 4, 19), hasta que Cristo sea formado en ellos.
A la entrega paternal corresponde una respuesta filial y viceversa. Es de las cosas más lindas en el sacerdocio ministerial, que no es una función sino una vocación.
Recemos para que a todo sacerdote y acompañante espiritual le sea concedido ese don de la paternidad / maternidad.
P. JL
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