P. José Luis Correa Lira
Hoy es la fiesta de la conversión de san Pablo. La lectura de los Hechos de los Apóstoles narra con detalle este acontecimiento camino a Damasco.
En dos capítulos, el noveno y el vigésimo segundo, Saulo confiesa haber sido perseguidor de los cristianos, hasta que cerca de la ciudad de Damasco cayó por tierra y oyó la voz de Jesús que le cuestionaba así: ¿Por qué me persigues? y lo invitaba a ponerse de pie para continuar el camino y hacer lo que Jesús le indicara. Así se hizo bautizar y reconoció que Jesús es el Señor.
De perseguidor se transformó en difusor del Evangelio. El Señor lo escogió como instrumento para ser dado a conocer a las naciones.
Hoy siguen siendo millones los perseguidos directamente por causa de su fe. Pensemos lo que acaba de suceder en India con las Hermanas de Teresa de Calcuta, que no podrán recibir apoyo financiero para realizar sus obras de caridad. ¡Algo insólito! Otros, como en Cuba, son postergados. Cero tolerancia y nada de respeto al derecho de ejercer la libertad de culto. Privada y públicamente. En muchos otros lugares de África y Asia la cosa no es mejor. Por eso instituciones como Ayuda a la Iglesia que sufre revisten tanta importancia. (https://acninternational.org/es)
Volvamos a Saulo – Pablo de Tarso. Quizá las conversiones mas habituales no son tan impresionantes como la de este judío, sino más bien fruto de un proceso gradual y continuo. Como sea, lo importante es dejarse encontrar y transformar por Cristo.
En ese camino nos hermanamos, apoyamos y ayudamos todos.
Bendiciones
P. JL
p.jlcorrealira@gmail.com