P. José Luis Correa Lira
San Francisco de Sales, a quien la Iglesia en su liturgia recuerda y celebra hoy fue un gran santo, obispo y doctor de la Iglesia. Tuvo, además, una enorme influencia como maestro de espiritualidad, y es especialmente valorado como el precursor del apostolado y de la santidad de los laicos.
El P. Kentenich se sintió profundamente identificado con San Francisco de Sales, por su propia estructura psicológica y su historia de vida. Como el santo obispo, el padre Kentenich tenía gran sentido de la metafísica, de lo trascendente, de la búsqueda de Dios y también del aspecto psicológico y de los procesos anímicos y religiosos. Por su connatural sentido de la libertad y del amor, todo lo que fuese coacción, temor o rigidez, le causaba rechazo.
El P. Kentenich trabaja y reelabora la espiritualidad salesiana. En 1949 escribe: “La coincidencia entre san Francisco de Sales y nosotros es enorme, tanto en el espíritu como en las aplicaciones concretas (…) Lo que él buscaba es lo mismo a que aspiramos nosotros, sus dificultades son también las nuestras, sus luchas, nuestras luchas”. “San Francisco de Sales nos sirve de guía en el difícil camino (de la vida espiritual) (…)Él es flexible cuando se trata de formas de vida externa, pero para elegir o cambiar éstas, exige como criterio y como norma inequívocos el crecimiento en el amor a Dios (…) Quien sigue su camino, concentra todas sus fuerzas en Dios y recibe de ese modo una sorprendente seguridad en el actuar, una santa libertad que lo hará dichoso en su condición y que se convertirá naturalmente en costumbre y forma de vida, según lo exija su estado y su profesión”.
También en la elaboración y fundamentación que hace el padre Kentenich de la Santidad de la Vida Diaria tiene influencia importante la concepción de san Francisco de Sales.
Finalmente, cabe recordar que también uno de los principios fundamentales de la pedagogía kentenijiana se orienta por el pensamiento salesiano. En una plática del 14 de junio de 1914 el P. Kentenich señala explícitamente la figura de San Francisco de Sales:“Cuantas veces contemplemos la imagen de san Francisco de Sales, ella debe exhortarnos con insistencia: ‘contempla su ejemplo y actúa como él’”.
P. JL
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