P. José Luis Correa Lira
El inicio del Evangelio según san Lucas, que se lee en la Eucaristía de hoy, nos relata la primera vez que Jesús vuelve a Nazaret.
Todos lo esperaban, querían encontrarle. Él fue a encontrar a su gente. Y esa espera tenía la expectación: habían oído los milagros que Jesús había hecho en Cafarnaún.
En la sinagoga, al inicio de la ceremonia, como es costumbre, piden al huésped que lea el libro.
Sigamos la secuencia de las acciones, según los verbos de este texto:
– Jesús se levantó para hacer la lectura,
– Le pasan el rollo del libro del profeta Isaías, (“La sinagoga tenía un ‘ordo’ de las lecturas correspondientes a cada sábado del año. Era difícil buscar una lectura cualquiera distinta de la correspondiente al día, porque se trataba de rollos de pergamino, y habría sido necesario rebobinar el rollo hasta encontrar el texto deseado. Podemos suponer, entonces, que la lectura que Jesús leyó era la que correspondía a ese día: ‘Le fue entregado el libro del profeta Isaías y, desenrollando el libro, encontró el pasaje donde está escrito…”
– Lo desenrolló,
– Leyó,
– Enrolló el volumen,
– Devolvió el rollo al encargado,
– Se sentó
– Interpretó y aplicó del texto a sí mismo.
– Proclama el ‘año de gracia del Señor’ (Is 61)
Jesús resume su presentación como el Ungido, enviado por el Señor a ‘proclamar un año de gracia del Señor’.
La ley de Moisés ordenaba la celebración de un Año de gracia cada cincuenta años en Israel. En ese año:
– los que habían debido venderse como esclavos recobraban la libertad,
– los que habían vendido sus tierras recuperaban su posesión
– y todas las deudas quedaban abolidas.
Hay un par de notas ‘curiosas’:
La primera es que un año de gracia se promulgaba haciendo sonar el cuerno (el yobel) en todo Israel. Se dio a ese año el nombre del instrumento –«yobel»– de donde procede nuestra palabra ‘júbilo’ y jubileo.
El Papa Francisco dijo una vez que el “Levítico 25 nos ayuda a comprender lo que significa un “jubileo” para el pueblo de Israel: Cada cincuenta años los hebreos oían el son de la trompeta (jobel) que les convocaba (jobil) para celebrar un año santo, como tiempo de reconciliación (jobal) para todos.
En este tiempo se debía recuperar una buena relación con Dios, con el prójimo y con lo creado, basada en la gratuidad.
Por ello se promovía, entre otras cosas, la condonación de las deudas, una ayuda particular para quien se empobreció, la mejora de las relaciones entre las personas y la liberación de los esclavos.”
“Jesucristo vino para anunciar y llevar a cabo el tiempo perenne de la gracia del Señor, llevando a los pobres la buena noticia, la liberación a los cautivos, la vista a los ciegos y la libertad a los oprimidos.”
Jesús describió su misión: vino a dar al ser humano la liberación definitiva de toda esclavitud, en modo especial, la que procede del pecado.
La segunda nota es sobre el adverbio de tiempo ‘hoy’ que tiene en Lucas un sentido profundo; se trata del tiempo de la salvación (…) “Hoy se ha cumplido esta Escritura’. Es como decir: ‘El profeta dice esto de mí y yo le doy cumplimiento hoy’. Era la profecía sobre Él.
A causa de esa pretensión, sus conciudadanos se pusieron furiosos y lo expulsaron fuera de la ciudad.
¿Nos informamos minuciosamente, como san Lucas sobre la vida de Jesús? ¿La conocemos? ¿La estudiamos?
Bendiciones
P. JL
p.jlcorrealira@gmail.com
Lectura sugerida: Josef Ratzinger / Benedicto XVI. Jesús de Nazaret.