Según disposiciones de la Conferencia Episcopal de Costa Rica, y como nos lo recuerda la Comisión Nacional de Liturgia (CONALI) la fiesta de hoy, el Santo Cristo de Esquipulas, es memoria obligatoria.
Originalmente el ‘Cristo Negro’, como se le llama en la espiritualidad popular, es una celebración guatemalteca que lleva justamente el nombre por la ciudad donde se venera esa imagen de Cristo.
Tanta importancia tiene esta celebración, que se toma una Misa votiva, del misterio de la Santa Cruz, con el prefacio del misterio de la Santa Cruz o el primero de la Pasión del Señor.
Tuve la oportunidad de ir allá entre el 23 y 24 de abril de 2018, por invitación de quien era párroco en aquel entonces. Pude entrevistarme con el obispo de Zacapa y Esquipulas y conversar con el abad de los benedictinos, a quienes está encomendada la atención pastoral de ese santuario.
El Papa Francisco habla ya no de piedad popular, o religiosidad popular, sino de una espiritualidad popular. Reconoce el valor que las expresiones de fe del pueblo que peregrina con fe a los santuarios, que reza novenas, enciende candelas y deposita ofrendas en honor del santo que se venera en esos lugares de peregrinación. Ciertamente que en primer lugar se debe respetar esa forma de cultivar y manifestar la fe sencilla de los romeros y, poco a poco, ir corrigiendo eventuales desviaciones y purificando de ciertas manifestaciones de sincretismo que no proceden.
Nuestro continente posee una verdadera geografía de los santuarios, destacándose los santuarios marianos.
Dios quiera que reconozcamos, valoremos y aprovechemos la reserva espiritual y moral de esos lugares.