P. José Luis Correa Lira
Hoy se celebra el Bautismo de Jesús.
“El comienzo de la vida pública de Jesús es su bautismo por Juan en el Jordán. Juan proclamaba ‘un bautismo de conversión para el perdón de los pecados’ (Lc 3, 3)”
En “el bautismo de Jesús (… Él) se deja contar entre los pecadores (cf. Is 53, 12); (…) se somete enteramente a la voluntad de su Padre: por amor acepta el bautismo de muerte para la remisión de nuestros pecados (cf. Mt 26, 39). A esta aceptación responde la voz del Padre que pone toda su complacencia en su Hijo (cf. Lc 3, 22; Is 42, 1). El Espíritu que Jesús posee en plenitud desde su concepción viene a ‘posarse’ sobre él (Jn 1, 32-33; cf. Is 11, 2). De él manará este Espíritu para toda la humanidad. En su bautismo, ‘se abrieron los cielos’ (Mt 3, 16) que el pecado de Adán había cerrado; y las aguas fueron santificadas por el descenso de Jesús y del Espíritu como preludio de la nueva creación.”
“Por el bautismo, el cristiano se asimila sacramentalmente a Jesús que anticipa en su bautismo su muerte y su resurrección: debe entrar en este misterio de rebajamiento humilde y de arrepentimiento, descender al agua con Jesús, para subir con él, renacer del agua y del Espíritu para convertirse, en el Hijo, en hijo amado del Padre y ‘vivir una vida nueva’ (Rm 6, 4)
“En el umbral de la vida pública se sitúa el Bautismo; en el de la Pascua, la Transfiguración. Por el bautismo de Jesús ‘fue manifestado el misterio de la primera regeneración’: nuestro bautismo.”
Cito a dos grandes santos de la antigüedad:
“Todo lo que aconteció en Cristo nos enseña que después del baño de agua, el Espíritu Santo desciende sobre nosotros desde lo alto del cielo y que, adoptados por la Voz del Padre, llegamos a ser hijos de Dios.” (S. Hilario).
“Descendamos con él para ser ascendidos con él; ascendamos con él para ser glorificados con él” (S. Gregorio Nacianceno).
Que cuando recemos este primer misterio luminoso del santo Rosario podamos crecer en esta conciencia.
P. JL
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