P. José Luis Correa Lira
En esta fiesta de la Sagrada Familia de Jesús, María y José, el Evangelio nos relata que al llegar los pastores a toda prisa encontraron a María y a José y al Niño recostado en un pesebre.
El Evangelio de la Misa de hoy (Lc 2, 41 – 52) nos relata la pérdida y hallazgo del Niño en el templo. “Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén para las festividades de la Pascua.”
El Niño Jesús (de solo ocho años) se llevó un reproche de parte de su Madre, María que le dijo: “Tu padre (José) y yo te hemos estado buscando llenos de angustia.”
Recordamos aquí unas hermosas palabras del Papa Francisco:
“El mundo es la familia de Dios, pues Jesús se encarnó en nuestra realidad experimentando el drama de todas las familias humanas (…) con la fiesta de la Sagrada Familia celebramos no solo el sufrimiento de las familias (…) sino sobre todo la certeza de que estamos siendo guiados por Dios por el camino que conduce a la vida y a la libertad para todos (…) ¡Apoyemos a la familia! Defendámosla de todo lo que compromete su belleza. Acerquémonos a este misterio del amor con asombro, discreción y ternura. Y comprometámonos a salvaguardar sus preciosos y delicados vínculos: hijos, padres, abuelos… Necesitamos estos vínculos para vivir y vivir bien, para hacer la humanidad más fraterna.”
Bendiciones especialmente para todas las familias que tienen en la Sagrada Familia de Nazaret un modelo y se esfuerzan por imitarla en sus virtudes y actitudes.
P. JL
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