P. José Luis Correa Lira
Lucas nos relata el envío de algunos discípulos de Juan (Bautista) a preguntar a Jesús si de verdad es él el que ha de venir o tendrían que esperar a otro. Dos veces en un par de versículos aparece esta pregunta.
De igual manera, en la primera lectura también hay duplicaciones. El profeta Isaías pone en labios del Señor la afirmación ‘Yo soy el Señor y no hay otro.’ Incluso una tercera vez es muy similar. En ella dice: ‘Yo soy Dios y no hay otro’.
Pero más allá de estos dobletes, hay una coherencia temática importante. Jesús es el Señor, el único, no hay otro. Y es Él a quien el pueblo esperaba, el Mesías. No hay que esperar a otro, pues no lo habrá. Ya vino y vendrá nuevamente al final de los tiempos.
Por eso la invitación del texto de Isaías es a volverse a Dios para ser salvados. El salmo de la Misa de hoy (84) trae también la misma idea: ‘Está ya cerca la salvación’.
En la proximidad a celebrar la venida del Salvador, sigamos caminando hacia el pesebre.
P JL
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