P. José Luis Correa Lira
Hoy es la celebración de la Virgen de Loreto, advocación mariana originada en una tradición del siglo XIII.
El Papa Francisco eligió el Santuario de Loreto para firmar, en octubre de 2018 la Exhortación Apostólica ‘Christus vivit’, ‘Cristo vive’, fruto del Sínodo de los Obispos sobre el tema “los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional.”
En esa ocasión señaló que la Casa de la Virgen es particularmente casa de los jóvenes y casa de los enfermos.
“La casa de los jóvenes, porque aquí la Virgen María, la joven llena de gracia, continúa hablando a las nuevas generaciones, acompañando a cada uno en la búsqueda de su vocación”.
‘Casa de los enfermos’, “porque ahí encuentran acogida los que sufren en cuerpo y espíritu, y la Madre trae a todos la misericordia del Señor de generación en generación. La enfermedad hiere a la familia y los enfermos deben ser acogidos dentro de la familia. El hogar y la familia son los primeros cuidados de los enfermos para amarlo, apoyarlo, alentarlo y cuidarlo. Por esta razón, el santuario de la Santa Casa es el símbolo de cada hogar acogedor y santuario de los enfermos.”
En Dachau, en su cautiverio de poco más de tres años, el padre Kentenich escribió esta oración:
“Tu santuario es nuestro Nazaret (…) Con su luz clara y transparente da forma a la historia de la Sagrada Familia, y, en la venturosa unión familiar, suscita una santidad cotidiana fuerte y silenciosa. Para bendición de tiempos desarraigados en este Nazaret Dios trae salvación a las familias; (…) él quiere regalar con clemencia santidad de la vida diaria.”
Por intercesión de Nuestra Señora de Loreto nos bendiga el Señor.
P. JL
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