P. José Luis Correa Lira
El Evangelio de la Eucaristía de hoy nos regala una frase que se conecta perfectamente con el santo que recordamos y celebramos.
San Mateo trae un texto en el que Jesús habla así del Bautista: “el más pequeño en el Reino de los Cielos, es todavía más grande que él.”
Hoy el santoral nos invita a recordar a san Juan Diego Cuauhtlatoatzin, quien tuvo el gran privilegio de encontrarse con la Madre de Dios, María Santísima de Guadalupe.
El diálogo de la Virgen con Juan Diego es enternecedor, pues comienza con estas palabras: ‘hijo mío el más pequeño’ (…) ¿No estoy yo aquí que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi sombra y resguardo? ¿No soy yo la fuente de tu alegría? ¿No estás por ventura en mi regazo? ¿Tienes necesidad de alguna otra cosa? Que ninguna otra cosa te aflija, ni te perturbe.”
El laico Juan Diego gozó entre sus contemporáneos de tan alta estima que éstos acostumbraban decir a sus hijos: ‘Que Dios los haga como Juan Diego’.
Ojalá se pueda decir eso de todo niño y de todos los que debemos ser y permanecer niños ante Dios.
Bendiciones.
P. JL
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