P. José Luis Correa Lira
El relato de la multiplicación de los panes y los peces que nos trae san Mateo, está precedido de un par de detalles importantes.
Jesús siente verdadera lástima de la gente, porque sabe que no tienen que comer y dice a sus discípulos que no quiere despedirlos en ayunas, pues pueden desmayarse en el camino.
Actitudes verdaderamente misericordiosas, sentir lástima y hacer algo por los que la provocan. El conmoverse debe llevar a moverse.
Solo expresiones ‘lastimeras’ (al estilo ‘pobrecitos’) no solucionan nada.
Que lo que nos conmueva, nos mueva a actuar en beneficio de tantos que a veces nos dan ‘solamente’ lástima.
Actuemos al estilo de Jesús, que se preocupó y ocupó de dar alimento a los hambrientos. Ese es “el programa del Buen Samaritano es ‘un corazón que ve’. Él ‘enseña que es necesario convertir la mirada del corazón, porque muchas veces los que miran no ven. ¿Por qué? Porque falta compasión. Sin compasión, el que mira no se involucra en lo que observa y pasa de largo; en cambio, el que tiene un corazón compasivo se conmueve y se involucra, se detiene y se ocupa de lo que sucede’. Este corazón ve dónde hay necesidad de amor y obra en consecuencia. Los ojos perciben en la debilidad una llamada de Dios a obrar”.
P. JL
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