P. José Luis Correa Lira
En el Evangelio de hoy san Marcos nos muestra a Jesús en el templo de Jerusalén, en el cual pone de relieve a dos figuras opuestas: los maestros de la ley y la viuda.
Los maestros de la ley representan a personas importantes, ricas e influyentes y solían tener una actitud de superioridad y vanidad. Despreciaban a los que cuentan poco o se encuentran en una posición económica desventajosa.
Jesús critica su hipocresía: Se presentan como maestros y exigen ser tratados como tales, pero roban a las viudas (‘devoran los bienes de las viudas’) Fingen largas oraciones, negando a Dios, ‘Padre de viudas’ (Salmo 68,6) Se pavonean, se muestran para ser vistos y reconocidos, saludados y privilegiados en sinagogas y cenas.
La viuda, por otro lado, representa a los últimos, los pobres y los débiles.
Jesús mira a la gente que echaba monedas en la sala de las ofrendas del Templo.
¿ Qué ve? Muchos ricos daban bastante dinero y una pobre viuda dio 2 moneditas de cobre de muy poco valor (‘como las de 5 colones’) Jesús alaba su actitud de confianza radical en Dios. Ella ofrece a Dios todo lo que tiene para vivir, “todo cuanto tenía para su sustento”
La viuda pobre dio más que todos los que echan dinero en las alcancías, porque dieron de lo que les sobraba.
Jesús no mide la cantidad sino la calidad y escudriña el corazón mirando la pureza de las intenciones. A Dios le interesa nuestro corazón, no nuestro nombre. De ella no sabemos su nombre, pero conocemos su corazón.
La viuda pobre y generosa se transforma en modelo de vida cristiana a imitar.
El Papa Francisco invitó una vez a pensar en esta mujer cuando somos tentados por el deseo de aparecer y de dar cuenta de nuestros gestos de altruismo, incluso cuando estamos demasiado interesados en la mirada de los demás. “Nos hará bien” y nos ayudará “a despojarnos de lo superfluo para ir a lo que realmente importa y a permanecer humildes”.
Que nuestro dar a Dios en la oración y a los demás en la caridad, evite el mero ritualismo y el formalismo.
No dar de lo que sobra o estorba, lo que ya no sirve ni gusta, lo que no está de moda
Hay que ser desprendido, libre y generoso de verdad.
P. JL
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