P. José Luis Correa Lira
Hoy recordamos y celebramos a san Juan Pablo II, el Papa polaco, que tuvo no solo uno de los pontificados mas largos, sino probablemente mas fecundos de la historia de la Iglesia. A las inspiraciones del Espíritu Santo debemos que él haya creado, entre tantas cosas, los Encuentros Mudiales de los Movimientos Eclesiales (por algo le llaman también el Papa de los Movimientos). Igualmente, el Papa Wojtyla inició las Jornadas Mundiales de la Juventud, creó el Consejo Pontificio de los Laicos y el homónimo de la Familia, hoy reunidos y elevados a Congregación para Laicos, Familia y Vida.
El actual Papa Francisco lo canonizó el año 2014, a menos de 10 años de su muerte.
También se le reconoce como el Papa viajero. De hecho en su visita pastoral a Chile en 1987, pude asistir al inolvidable encuentro con los jóvenes en el Estadio Nacional en Santiago, cuando con esa voz fuerte y señalando la imagen de Cristo que colgaba en el marcador de goles exclamó e invitó a mirarlo a Él.
También estuve en la catedral de Santiago en el encuentro con sacerdotes y seminaristas, así como en la beatificación de la primera santa chilena, Teresita de Los Andes, otra experiencia imposible de olvidar. Siguen resonando en los oídos de todos su interpelación a los violentistas que intentaron profanar la Eucaristía que se llevaba a cabo, con su grito el amor es mas fuerte.
La vez que más pude estar con el fue cuando celebramos el centenario del natalicio del padre Kentenich en una audiencia privada en el Aula Pablo VI. Una noche verdaderamente maravillosa.
Un Papa desafiante, exigente, valiente. Se la jugó y fue factor gravitante de la caída de uno de los sistemas mas perversos de dictara posterior al del nacionalsocialimo, el comunismo europeo.
Podríamos y deberíamos continuar enumerando casi al infinito todo lo que Dios obro a través de este gran Papa mariano. Culmino citando su lema de pontificado, Totus tuus, tomado de la oración de la pequeña consagración a la Virgen Maria.
P. JL
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