P. José Luis Correa Lira
Las fiestas patrias chilenas son como un tándem, pues no concluyen el 18, sino que siguen el 19, en que se celebra las glorias del Ejército.
¡Cuántas veces acompañé al Tata a la extraordinaria ‘Parada Militar’! Y otras tantas la vi por televisión.
De mi abuelo materno, Francisco Javier Lira Montecinos, General de Caballería, hijo del también militar Francisco Javier Lira Errázuriz, guardo no solo los mejores recuerdos. También conservo su sable de General. Un hombre íntegro, disciplinado, sobrio y austero al máximo (quizá demasiado para el sentir de algunos). Además de ser un maestro en la equitación, fue maestro de vida. Exigente consigo mismo y con los demás también. Así formó generaciones de alumnos y aprendices. Admirado justamente por esas virtudes que cultivaba.
El Evangelio de hoy narra que hay que ser como niños ante Dios. Los últimos años el Tata tuvo que humilde y confiadamente ser como niño. Lo pude acompañar y ayudar en todo durante varios años, lo que fue un honor para mí. Desde aprender nuevamente a caminar, comer, hablar…
Vivió 97 largos y fecundos años. Sembró el recuerdo agradecido que guardamos sus nietos y bisnietos, entre tantos otros que lo conocieron.
P. JL
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