P. José Luis Correa Lira
En la composición del texto lucano del Evangelio de hoy hay dos enseñanzas de Jesús.
La primera es respecto del ayuno; la otra sobre el mensaje nuevo que debe estar contenido en formas nuevas.
Me detengo en este último tema.
San Juan Pablo II, con ocasión de empezar la novena de años para celebrar el quinto centenario de la Evangelización en América Latina, encontrándose en Puerto Príncipe (Haití), el 9 de marzo de 1983, glosó la expresión Nueva Evangelización. Lo hizo lanzando tres afirmaciones: la Nueva Evangelización lo debe ser, encontrando y suscitando “nuevos métodos, nuevas expresiones y nuevo fervor de los apóstoles”. Desde aquella ocasión, San Juan Pablo II, en sus visitas apostólicas a los distintos continentes iba evidenciando y matizando nuevos aspectos y diversas aplicaciones de la Nueva Evangelización. Para América Latina, el Papa Juan Pablo II iba repitiendo la conocida trilogía: “nueva en su ardor, nueva en sus métodos, nueva en sus expresiones”.
Novedoso siempre es la Buena Nueva, sino que lo ha de ser también el modo, la forma de transmitirla en todo tiempo y lugar, con nuevo ardor (no puedo no predicar, dirá san Pablo, non possum non praedicare y ¡ay de mi sin no predico el Evangelio! (1 Cor 9, 16).
Metodologías innovadoras. Hoy está más que claro que las plataformas y redes virtuales llegaron para quedarse, sin reemplazar lo presencial pero sí complementándolo, por ejemplo, en la catequesis, cursos, conferencias, talleres, etc.
En cuanto a expresiones, no se trata tan solo de neologismos (también cuando es preciso). Es más también expresar el contenido del Evangelio no solo con discursos y palabras, sino que, como Jesús, con imágenes y parábolas, canciones, danzas, gestos solidarios y comunitarios.
En mi tiempo de formación al sacerdocio se hizo famosa la frase de la fidelidad creativa. En parte se trata de eso siempre.
Bendiciones
P. JL
p.jlcorrealira@gmail.com