P. José Luis Correa Lira
Hoy aparece en el Evangelio de la Misa el tema de la justicia.
Al final de la parábola, Jesús pone en boca del propietario de una viña que contrató en distintos momentos durante la jornada laboral trabajadores para su finca. Pactó con cada grupo de ellos una suma que aceptaron. Pero a la hora de recibir el pago acordado empezaron los reclamos, pues los que llegaron a última hora recibieron lo mismo que percibieron los que trabajaron todo el día.
La enseñanza de Jesús es clara. El dueño de la viña no le hizo ninguna injusticia a ninguno de los trabajadores, pues les pagó la suma en que habían quedado.
Pero no faltaron los malentendidos y quejas motivadas por actitudes miopes y envidiosas.
El Señor aclara su actitud de dar a los que llegaron más tarde a trabajar (Ojo: no está dicho que hayan laborado peor …) lo mismo que a los que iniciaron el trabajo más temprano.
El dueño de la viña les dice que él puede hacer con lo suyo lo que le parezca y que es bueno y por eso generoso y dadivoso.
La justicia divina es muy superior a la humana.
Puede aplicarse aquí el aforismo latino summum ius summa iniuria (sumo derecho / justicia, suma injusticia), en el sentido de que la aplicación de la ley al pie de la letra a veces puede convertirse en la mayor forma de injusticia. Algo que el mismo Papa Francisco cita en uno de sus documentos.
P. JL