P. José Luis Correa Lira
Simone Biles, récord mundial de medallas ganadas por una gimnasta, habla sobre sus esfuerzos para llegar a las Olimpiadas en su autobiografía, Courage to Soar.
Ella tuvo que superar numerosos problemas, entre ellos una dura infancia y el abuso sexual para convertirse en una de las atletas con más talento de todos los tiempos.
El libro no destaca únicamente el entrenamiento y los sacrificios que tuvo que hacer, sino también la función que desempeñó su fe católica en su camino hacia el éxito.
Biles afirmó en una entrevista: “Creo que está bien que yo hable de mi fe para que los niños vean de qué forma puede ayudarle a uno durante todo el proceso”.
Durante los Juegos Olímpicos de Río, Biles desveló el contenido de su bolsa de gimnasia, en la que un reportero notó un rosario blanco que cayó de ella. Biles se explicó: “Mi mamá, Nellie, me dio un rosario en la iglesia. No lo uso para rezar antes de una competición. Rezo por mi cuenta.”
En su autobiografía, Biles se extiende hablando sobre su fe católica y relata en uno de los capítulos su experiencia al recibir el sacramento de la Confirmación: “Aquel domingo desfilé al interior de la iglesia James the Apostle en una fila de adolescentes con caras solemnes (…), por el camino, nuestra procesión me recordó a la ceremonia de entrega de medallas, solo que no repartirían medallas de oro, plata y bronce. En vez de eso, nuestro premio sería algo mucho más poderoso: en breves momentos, cada uno de nosotros inclinaría la cabeza para recibir el Sagrado Sacramento de la Confirmación”.
Mientras contemplaba a sus compañeros de clase que recibían el sacramento, Biles meditaba sobre el santo patrono que había elegido, san Sebastián, y cómo a veces es invocado por los atletas para ayudarles a recuperarse de las lesiones. Por aquel entonces ella se estaba recuperando de una lesión y el alivio que sintió fue exactamente lo que necesitaba en aquel momento de su vida. Biles no se desvía de su narración para mencionar su fe católica y así aprovechar para evangelizar; es sencillamente una parte de su vida y siempre ha estado ahí. La Iglesia la ha ayudado durante muchos apuros, así que, de forma natural, su autobiografía incorpora el catolicismo a través de las páginas.
Una lástima que se haya retirado de la prueba final por equipos en los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020. Ella aceptó que su salida no tiene que ver con una lesión, como se afirmó en un principio, sino que está relacionada con su salud mental. “Tengo que concentrarme en mi salud mental. Simplemente creo que la salud mental ha tomado más relevancia en los deportes en este momento.”
Al menos ganó una de bronce.
Mens sana in corpore sano, también se puede invertir: corpore sano in mens sana.
La ayude la intercesión de san Sebastián y el rezo de su rosario a la Virgen María.
P. JL