P. José Luis Correa Lira
El calendario litúrgico de hoy nos invita a recordar a un santo cuyo nombre traducido al castellano significa ‘palabra de oro’. Se trata de san Pedro Crisólogo, obispo de Ravena (S. V) y doctor de la Iglesia.
La semana pasada tuve el honor de predicar la segunda tanda de los ejercicios espirituales anuales al clero de la Arquidiócesis de San José. El tema desarrollado fue la paternidad sacerdotal. En una de las reflexiones que les propuse para su meditación y oración, fue la homilía, que es un servicio importante de todo presbítero (también la pueden ejercer los diáconos y por supuesto los obispos).
Les recordé algunas indicaciones pastorales del Papa Francisco sobre este ministerio de la palabra, entre ellas que la predicación, en particular la dominical, debe ser orada, preparada, adecuada a las circunstancias de los asistentes a la celebración eucarística, además de breve, concreta y aterrizada.
El santo de hoy se destacó en su predicación por conservar un estilo sencillo, pues, según el mismo, ‘hay que hablarle al pueblo en el lenguaje del pueblo.’ En ese sentido, en una ocasión alguien criticó las homilías del actual Santo Padre que parecían prédicas de cura de pueblo, a lo que un importante católico italiano, intelectual y político, respondió: ‘ojalá predicaran así todos los curas de pueblo.’
Recemos para que todos nosotros que tenemos ese encargo, que para muchos es una verdadera carga, lo asumamos con alegría, responsabilidad y seriedad, para que la palabra proclamada en las lecturas de la santa Misa que hemos de explicar y ayudar a aplicar, sirvan y ojalá también gusten.
Gracias por las oraciones de todos ustedes para que mejoremos esa tarea y por la mucha paciencia que muchos tienen con nosotros.
Bendiciones