P. José Luis Correa Lira
Ir a Jesús siempre, pero sobre todo cuando se está fatigado y agobiado por la carga, es una invitación que Él mismo hace. Además, asegura que Él nos aliviará.
Va más allá, dice que en Él encontraremos descanso.
¡Qué gran consuelo volver a escuchar estas palabras del Maestro!
Cuántas veces buscamos desconectar y pretender así descansar sin recurrir a Él y lo que nos ofrece, que es insuperable y permanente.
Hay intentos de descanso nocturno o de fin de semana o de vacaciones que terminan agotando más a un a las personas. ¡Que (auto)engaño!
En este breve texto de san Mateo (11, 28-30) del Evangelio de hoy h a y t a m b i é n u n r a s g o autobiográfico de Jesús: Dice de sí, que es manso y humilde de corazón y que su yugo es suave y su carga ligera. El mes pasado era el Mes del Sagrado Corazón, y en la oración se reza: no busque yo consuelo sin en Tí.
El martes celebramos la memoria litúrgica de Santa Teresa de Jesús de Los Andes, primera santa carmelita del continente americano y primera (y hasta ahora única) santa chilena. Ella escribió en una ocasión: “Jesús mío: he visto que sólo una cosa es necesaria: amarte y servirte con fidelidad, parecerme y asemejarme en todo a ti. En eso consiste mi ambición.”
Juanita Fernández Solar murió a los pocos meses de haber entrado al convento de las monjas carmelitas en Los Andes, diócesis de San Felipe, camino de Santiago (Chile) a Mendoza (Argentina).
Como despedida cristiana a nuestros seres queridos les d e c imo s y d e s e amo s q u e descansen en paz (RIP). Cada noche, sin embargo, luego del examen de conciencia podríamos rezar, una oración para la conclusión del día: Tras el peso y el afán del día, acudimos a ti Padre bueno.[1]
Dios nos regale ese merecido y necesario descanso diario, semanal y anual y el definitivo en su gloria celestial.
P. JL p.jlcorrealira@gmail.com
Sugerencia: https://www.youtube.com/watch? v=xjhOKUrDJ3U [1]Cf. P.
José Kentenich. Hacia el Padre, estr. 357.